16/6/11

ISLAM - Sobre les corrents dins de l'Islam

“Sufismo y wahabismo en el norte del Cáucaso”
Aquest article ens permet fer-nos una idea del caràcter i directrius de les tendències islàmiques sufista i wahabista a través de l’experiència concreta de Txetxènia, especialment en el context repressiu de la URSS.

¿Son el Islam y la democracia incompatibles? El caso de Asia central
Recurrentment, s’ha atribuït a l’Islam un seguit de característiques que el fan incompatible amb la democràcia. No obstant, aquesta incompatibilitat no és pròpia ni essencial de l’Islam, sinó de l’herència i les contingències històriques de cada context social. Aquest article mostra com, en indrets com l’Àsia central, l’Islam té unes característiques molt diferents a la d’alguns països d’Orient mitjà, tractant-se d’una versió moderada i lliberal d’aquest, expressada en corrents com el hanafisme, el sufisme o el jasidisme. Un exemple localitzat que desmenteix la suposada incompatibilitat entre Islam i democràcia.
Enllaç:http://www.ucm.es/info/unisci/revistas/UNISCI%20DP%2021%20-%20PRIEGO.pdf

Crítica de cine:
Bab'Aziz, el sabio sufí (2005)
Un truco de magia sufí

Un viaje de un abuelo, Bab'Aziz  y su nieta  Ishtar a través del desierto buscando una reunión de derviches solamente guiados por su alma y  corazón musulmán.


Tan fácil de resumir como difícil de imaginar, esta película es un verdadero truco de magia sufí. La mística alcanza aquí su excelencia cuando es trasladada a una película en la que una fotografía de donde  el abanico tonos de colores se convierten en una paleta para el pintor de esta obra,  Nacer Khemir.


Con el recuerdo de viejas  historias de sabios sufís  leídas en la adolescencia en la cabeza de este crítico,  no ha podido más que dejarse llevar por el río principal de la historia y sus afluyentes que se vuelven  a separar y a unir a la historia en momentos diferentes, manteniendo la emoción de la búsqueda de la de los dos personajes principales, y las búsquedas que realizan los personajes de esas historias secundarias, como  árbol con ramas sujeto a unas raíces de un guión muy  bien pensado para agarrar al espectador y dejarlo intrigado entre tanto vaivén poético.


La capacidad de maravillarnos cuando vemos cine es muy parecida al acto sufí de desvelamiento  kashf  y la inspiración ilham. En el ámbito  de la relectura de las imágenes que nos llegan a la retina, no puede ser desvinculado sin caer en burdos parámetros materialistas, a cuestiones de espíritu, a la limpieza del alma y su pureza, a la interpretación interior tanto de los preceptos islámicos como de las virtudes bálsamicas de una buena película , que siempre es una interpretación colectiva ya que juzgamos desde nuestros parámetros sociales.

Con esta idea en mente, meditar es ver la película y meditar después de verla es recordar aquellos momentos de poesía visual que nos acompañarán durante días, meses, e incluso el resto de nuestras vidas. La niña levantando el velo a la mujer que canta será el mío. Cada uno que escoja el suyo. Hay tantos momentos de sabiduría cinematográfica para mostrarnos lo inefable que los signos, pillados sólo por entendidos y colgados en páginas de internet, donde relacionan situaciones de la película con una utilización de metáforas de carácter sufí que a mí, recién llegado a este vasto mundo de señales de lo Inconmensurable, se me escapan. Me basta con disfrutarla con oír cantar al hombre que persigue a la pareja protagonista. Con ver al príncipe mirándose en el charco. Sólo con eso ya los minutos se me hacen segundos. ¿No es esa la magia del cine? ¿Hacer eterno por inolvidable, un segundo, una secuencia a la que volveremos cada cierto tiempo en nuestras vidas? Si una película logra eso, es que se ha obrado el milagro.

Bendigámonos por ello. Y a esta película por conseguirlo.

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