C.GEERTZ
Observando el Islam de Clifford Geertz. Ediciones Paidós 1994. Desde las revueltas árabes.
A partir del estudio comparativo de la religión islámica en dos civilizaciones claramente contrapuestas como la marroquí y la Indonesia se ponen de manifiesto algunas consideraciones que cuarenta años después de la publicación de Observando el Islam en 1968 continúan estando de actualidad a tenor de las interpretaciones que los recientes acontecimientos en los países árabes han suscitado. La primera tiene que ver con una concepción del Islam todavía vigente hoy en día - puede que hegemónica en occidente- basada en estudios descriptivos de ideas, actos e instituciones que se presentan desligadas del sentido que socialmente se le asigna dentro de un marco de representación compartido por una comunidad. Esta visión rígida del Islam contrasta con el análisis comparativo realizado por Clifford Geertz en el que se constata la diversa evolución de la doctrina coránica de acuerdo con el estilo de vida de cada sociedad y con las condiciones históricas en las que se produjo su difusión. Por una parte, en Marruecos el Islam se imbuye del aplomo de una civilización y de su carácter enérgico para producir una espiritualidad rigurosa y dogmática, mientras que en Indonesia su fusión con el sincretismo hindú deriva en una religiosidad más reflexiva y diligente con un matiz teosófico.
Una segunda consideración hace referencia a una obviedad que el paso de la historia se encarga de demostrar con una obstinación semejante a la que determinados discursos se aferran en ignorar: el carácter mutable de cualquier institución social. “Nada demuestra mejor el cambio que aquellas instituciones que se piensan inalterables como la religión” comenta Geertz quien en esta dirección destaca el proceso de ideologización de la doctrina islámica en las últimas décadas fundamentalmente como consecuencia del colonialismo. En la medida que la religión ha ido adoptando progresivamente un significado político como instrumento de distinción y de reivindicación frente a occidente, al mismo tiempo se ha producido un fenómeno de homogenización cultural y religiosa que ha tenido en el escriturismo su expresión más significativa . Este proceso juntamente con el nacionalismo constituyen el puente de acceso a la modernidad por parte de las sociedades árabes donde la ideología religiosa representada por fuerzas de poder ortodoxas ejercen una oposición tanto al colonialismo occidental como a un tipo de religiosidad más popular o tradicional. En consecuencia las tensiones entre el escriturismo, el nacionalismo y la tradición particular en cada país han cristalizado con el paso del tiempo en diversas formas de gobierno, de experimentar la religión y de vivir en sociedad. Por lo general, estas trasformaciones, si bien han generado comúnmente una mayor intensidad en las manifestaciones religiosas de las personas, su aplicación o proyección en la vida diaria es cada vez menor. Al tomar la sociedad marroquí como ejemplo, Geertz describe una separación gradual entre la cosmovisión y el ethos que inevitablemente deriva en una crisis de la religión al disminuir su facultad para influir significativamente en la conducta cotidiana.
Aunque el Islam trasciende el ámbito religioso y envuelve la mayoría de los acontecimientos en las sociedades musulmanas, en sí mismo no presupone a la vida social, más bien al contrario, son los fenómenos sociales los que condicionan, se imbrican y hacen comprensibles las manifestaciones religiosas. En el breve espacio de tiempo en el que se han desarrollado las revueltas en el mundo árabe ya han propiciado infinitud de lecturas y análisis más o menos profundos, pero teniendo en consideración los argumentos que se esgrimen en Observando el Islam deberían como mínimo cuestionarse aquellas interpretaciones y razonamientos esencialistas que remiten a una concepción cerrada y homogénea del Islam como explicación primordial, o que tendenciosamente agitan la amenaza de la sinrazón y el fanatismo. El carácter de las revueltas y de los cambios que se están produciendo seguramente, como ha sucedido a lo largo de la historia, poseerán un matiz religioso, pero eso no debería apartar la mirada de los procesos sociales, económicos y políticos que subyacen bajo el manto del Islam.
P.BOURDIEU
Reflexiones sobre el Islam en la obra de Pierre Bourdieu Sociología de Argelia y tres estudios de etnología cabilia. Publicado en CSIC, Madrid 2006.
En la etnografía realizada por Pierre Bourdieu sobre la Cabilia se analizan algunos aspectos que resultan fundamentales para intentar comprender la lógica que orienta el comportamiento no solo de los cabilos sino de los habitantes de un territorio tan heterogéneo pero distintivo al mismo tiempo como es el Magreb. Sin duda uno de estos aspectos es el sentido del honor que integrado en un sistema mítico ritual conforma una dualidad estructural que se transfiere a todos los ámbitos de la vida social. En este sentido la oposición y la complementariedad de roles entre el hombre y la mujer se estipulan y se legitiman de acuerdo a las asociaciones que se establecen con otros elementos sagrados. En la práctica cotidiana es donde se hacen visibles estos roles y se pone de manifiesto como en algunas de las sociedades estudiadas por Bourdieu que el papel de la mujer puede ser mucho más relevante e independiente de lo que generalmente se piensa. En consecuencia, para entender las diversas transformaciones sociales deberían tenerse en cuenta estos aspectos prístinos y estructurales que la religión islámica en última instancia ha sacralizado. Según Bourdieu, el Islam constituye un dogma religioso que fluctúa entre la predestinación y la afirmación del libre albedrío. Su influencia sin lugar a dudas se extiende a todo el Magreb, pero su dogma no es en absoluto cerrado, sino que históricamente ha sido interpretado y adaptado a la realidad y a las necesidades particulares de cada sociedad. Por tanto no se pueden explicar todos los acontecimientos de la vida social en función del dogma islámico, del mismo modo que la vida religiosa no es consecuencia exclusiva de las estructuras económicas y políticas.
El autor francés destaca que es frecuente encontrar pueblos en los que se otorga una mayor importancia a aspectos de la doctrina coránica que los teólogos consideran más superficiales, de la misma manera que en otras sociedades se pueden ignoran prescripciones más rigurosas. Al mismo tiempo analiza las causas que han originado la tensión – contraposición- entre una ortodoxia religiosa propia de la ciudad y un mayor ritualismo en las zonas rurales donde por ejemplo, el uso del velo es casi inexistente. Esta práctica así como la denigración y la discriminación de la mujer musulmana que ha sido motivo de incontables polémicas y discusiones en occidente no es en absoluto sustancial al islamismo como determinados discursos se han empeñado en afirmar, sino que debe entenderse en relación con los aspectos comentados anteriormente – el sistema mítico ritual y el sentido del honor- y por supuesto como consecuencia de las condiciones políticas y económicas –desestructuración- que el colonialismo ha generado. En definitiva cabe preguntarse hasta qué punto algunas de las manifestaciones que comúnmente se asocian al Islam son realmente inherentes a la religión coránica y no interpretaciones parciales que obedecen a unos determinados intereses o a unos usos políticos de la religión.
I. TERRADES
La justicia en el islam.
Reseña de Justicia vindicatoria de Ignasi Terrades publicado en 2008 por la editoria CSIC.
La obra Justicia vindicatoria del profesor Ignasi Terrades contiene un trabajo exhaustivo de antropología jurídica, es decir, sobre la variedad humana en la búsqueda de procedimientos para obtener justicia, para paliar y compensar la capacidad humana de dañar. El abundante material histórico y etnográfico sobre sociedades antiguas e indígenas, caracterizadas por una mayor igualdad y reciprocidad entre sus miembros, se alternan con partes más teóricas y antropológicas que conceptualizan las diferentes formas de la justicia composicional. El indudable carácter moral de la justicia vindicatoria asociado a la defensa de la víctima, a la búsqueda del equilibrio, a la compensación de la desigualdad y a la restitución de los lazos sociales entra en conflicto con el sistema penal occidental fundamentado principalmente en el castigo individual y en vigilar la transgresión de la ley. La notoria asimetría entre los dos tipos de justicia como consecuencia de la hegemonía del positivismo penal genera una tensa dialéctica recogida en los diferentes materiales etnográficos. El séptimo capítulo está dedicado íntegramente a la justicia islámica –sharia-, especialmente a dos de sus principales instituciones: la diya i la qisas. El análisis de estos conceptos sugiere interesantes reflexiones que cuestionan algunas de las creencias que desde occidente se han vertido sobre la justicia en los países musulmanes.
El autor argumenta que en el islam, a diferencia de la doctrina cristiana, se han reconocido e interpretado gran parte de las instituciones vindicatorias a pesar de su origen pagano. Este hecho ha contribuido a que el orden jurídico religioso se asentara con mayor firmeza y que en la actualidad algunos estados islámicos combinen este tipo de justicia con la penal. Por otra parte Iganasi Terrades arguye un perfeccionamiento coránico de la justicia vindicatoria que ha consistido básicamente en la prelación del ejercicio de la compensación, el perdón y la reconciliación –diya- sobre la venganza o el talión –qisas-. Al margen de las diversas discrepancias referentes a cuestiones doctrinales y tipificaciones penales sobre la prevalencia de la diya o la qisa por parte de escuelas como la malequita y la shafita, en términos generales la jurisprudencia islámica manifiesta un significativo pluralismo jurídico que pocas veces es contemplado desde occidente. En este sentido se puede identificar cierto etnocentrismo en la mirada occidental hacia los procesos judiciales de las sociedades musulmanes que generalmente son calificados de atrasadas –bárbaros- y poco civilizadas como consecuencia de la propensión de los medios a resaltar los casos más cruentos. De cualquier modo no se trata de establecer una dicotomía o una dualidad estricta, sino matizar que la justicia como el resto de instituciones sociales refleja en parte la agresividad y la desigualdad existente en una comunidad. Por lo que muchas de las manifestaciones que frecuentemente aparecen en los medios de comunicación no deben ser vinculadas estricta y exclusivamente a la justicia coránica, sino que inciden otros factores que requieren un análisis mucho más profundo como el que se realiza en la obra Justicia Vindicatoria.
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